Descubrí el poder de los hidrolatos de lavanda, lavandín y romero
A la hora de cuidar la piel, menos es más. Cada vez somos más quienes buscamos rituales de belleza que respeten nuestra piel y que estén en sintonía con lo natural. En este camino, las brumas de hidrolatos se convierten en aliadas ideales: suaves, frescas, sin ingredientes agresivos ni perfumes sintéticos.
En Calden Garden elaboramos nuestras brumas a partir de hidrolatos puros: el agua floral que se obtiene en la destilación de aceites esenciales. Cada gota conserva las propiedades de la planta, en una versión más liviana y delicada, perfecta para el uso diario.
Hoy queremos contarte cómo podés usar nuestras brumas de lavanda angustifolia, lavandín y romero como parte de tu rutina de limpieza facial, especialmente para desmaquillar de forma natural y cuidar la piel a largo plazo.
¿Por qué usar brumas para desmaquillar?
Las brumas actúan como un tónico suave que refresca, limpia y calma la piel. Aplicadas sobre un disco reutilizable de algodón, ayudan a retirar restos de maquillaje, a la vez que hidratan y equilibran.
A diferencia de los productos desmaquillantes convencionales, no contienen alcohol ni químicos que puedan irritar o resecar. Usadas a diario, respetan la barrera natural de la piel y la dejan luminosa y fresca.
¿Cuál elegir?
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Lavanda angustifolia: perfecta para pieles sensibles o reactivas. Su acción calmante reduce enrojecimientos y aporta serenidad a la piel.
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Lavandín: con un aroma más vibrante, es ideal para limpiar en profundidad y revitalizar pieles cansadas.
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Romero: recomendado para pieles mixtas o grasas. Purifica, equilibra el sebo y aporta un efecto tonificante.
Cómo usarlas en tu rutina
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Vaporizá la bruma sobre un disco de algodón (o directamente sobre el rostro si preferís).
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Pasalo suavemente por la piel para retirar el maquillaje.
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Si es necesario, repetí el proceso.
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Finalizá con un par de vaporizaciones para tonificar e hidratar.
Incorporar este gesto simple en tu día a día es una forma de cuidar tu piel con respeto y de conectar con lo que la naturaleza nos ofrece. Las brumas no solo desmaquillan: refrescan, calman y revitalizan. Pequeños rituales que suman bienestar.